martes, 29 de septiembre de 2015

Mitología en el arte: La locura de Hércules

Un episodio que en el libro tratan muy brevemente es el de la locura que sufrió Hércules. A este estado llegó el héroe porque Hera, enfurecida por las continuas infidelidades de Zeus, trataba siempre de vengarse en las amantes de su marido y en sus hijos extramatrimoniales, como era el caso de Hércules que, como recordaréis, era hijo de Zeus y de la mortal Alcmena.
La imagen corresponde a un detalle de la decoración de una de las piezas más importantes de la colección de cerámica suritálica del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Se trata de una cratera de figuras rojas procedente de Paestum (Italia). Está fechada hacia el 350-20 a.C. y el autor de la escena fue Asteas (según aparece en la firma inscrita en la pieza).

Fuente: Museo Arqueológico Nacional
En la decoración de la cara principal de la cratera encontramos el episodio de la locura de Hércules. El héroe aparece en el centro de la escena llevando en brazos a uno de sus hijos con la intención de arrojarlo a la pira formada por los muebles y enseres de la casa del héroe. El fuego representa en la escena la destrucción.
La esposa del héroe y madre del niño, Mégara, aterrorizada por lo que está viendo, sale de la casa por la puerta que se ve a la derecha.
Los otros personajes que podemos ver en esta escena son:
  • La diosa de la locura, Manía, que se encuentra en el plano superior, a la izquierda. Lleva una fusta en la mano para intigar a Heracles en su descabellada acción.
  • El sobrino y amigo del héroe, Iolao, en el centro de la galería superior.
  • La anciana de pelo blanco que vemos arriba a la derecha es la madre de Hércules, Alcmena, identificada con una inscripción.
La escena está inspirada en una de las tragedias que Eurípides había escrito 70 años antes de que se creara esta cratera, como muestran:
  • La galería en la que están los personajes secundarios, que es la arquitectura característica de un escenario suritálico del siglo IV.
  • Las actitudes de los personajes que se encuentran en ese escenario.
  • La postura dramática de Mégara, que se lleva una mano al pecho y la otra al cabello como muestra de horror.
  • La vestimenta del héroe, con la clámide hecha con una tela transparente que deja transparentar toda su anatomía y el casco adornado exageradamente.
  • Los utensilios arrojados al fuego que no son combustibles, como el ánfora.
Fuentes:

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