MEDEA
Después de haber matado a sus
hijos ante los ojos de Jasón, huye a Atenas.
Tras pasar anteriormente por
distintos lugares en busca de protección, Medea llegó a la ciudad de Atenas,
cuyo rey, Egeo, no sólo le ofreció hospitalidad sino que se casó con ella con
la esperanza de que sus hechicerías le permitieran concebir un hijo pese a lo
avanzado de su edad. La hechicera cumplió sus expectativas, teniendo de él un
hijo al que llamaron Medo.
Cuando Teseo, el hijo secreto de
Egeo, llegó a Atenas dispuesto a que su padre lo reconociera como heredero,
Medea lo tomó como una amenaza al futuro de su hijo, e intentó envenenarlo.
Pero Teseo la descubrió, y acusada de cometer horribles crímenes y de brujería,
Medea tuvo que huir de nuevo, esta vez con su hijo.
Tras huir precipitadamente de
Atenas, Medea se refugió en Italia, donde enseñó a los nativos cómo encantar
serpientes, y ellos la venerarían como diosa, con el nombre de Angitia.
Al pasar por Tesalia , Medea
compitió con Tetis en un certamen de belleza que presidía Idomeneo, rey de
Creta. De allí pasó a Fenicia, estableciéndose allí durante un tiempo. Por
último pasó a Asia Superior, donde se casó con uno de los reyes más poderosos
del lugar, al que sucedió en el trono. Algunos autores afirman que fue éste, y
no Egeo, el padre de Medo.
Medea no murió, sino que se hizo
inmortal.
Medea y Jasón de John William Waterhouse |
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